El Gran Premio de Brasil de 2008 es considerado por muchos uno de los mejores finales (sino el mejor) de la historia del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Con dos candidatos al título y emoción a raudales, parece difícil encontrar un final mejor… antes del primer título de Lewis Hamilton, este honor quedaba indudablemente para el Gran Premio de México de 1964. La cita mexicana fue la última de la temporada y decidió el título a favor de John Surtees en medio de la historia de tener al primer (y a día de hoy, único) campeón de Fórmula 1 proveniente de las dos ruedas y la polémica sobre lo ocurrido en carrera. Un final casi tan apoteósico como el de Interlagos pero incluso más controvertido.
El Gran Premio de México, décima y última cita de la temporada de 1964, llegó ya en medio de la polémica por una discusión entre Ferrari y la Federación Italiana de Automovilismo, que había prohibido la homologación del 250 LM. La federación pedía 100 unidades construídas para que pudiera entrar en la clase de Grupo 3 como GT (al final fue considerado un prototipo). Como protesta, Enzo Ferrari decidió entre otras cosas no inscribir a la Scuderia Ferrari en los dos últimos Grandes Premios del Campeonato del Mundo, dejando los coches al North American Racing Team (NART) de Luigi Chinetti, aunque evidentemente era una cuestión nominal ya que el mismo personal y pilotos seguían a cargo de las máquinas.
En Watkins Glen los coches ya habían competido con los colores nacionales de Estados Unidos, azul y blanco, dejando de lado el color rojo que aún le iba a doler más a la federación italiana puesto que en Ferrari se estaban jugando los títulos de pilotos y constructores. Para la carrera final, tres pilotos llegaban con opciones de título, siendo todos ellos británicos. Graham Hill encabezaba la general con 39 puntos, mientras John Surtees tenía 34 y Jim Clark, 30. En realidad, la pelea por la corona era entre principalmente entre los dos primeros ya que el escocés necesitaba ganar la carrera esperando que Surtees quedara tercero o peor y Hill no llegara más allá del cuarto puesto. Aún así, lo impredecible de las carreras de la época hacía que fuera una posibilidad real. Surtees tenía más opciones y le valía ganar la carrera o ser segundo siempre que Hill no estuviera en el podio.
La sesión clasificatoria tuvo un resultado esperado pero no por ello menos ‘picante’ con Jim Clark en pole position, John Surtees cuarto y Graham Hill sexto. Se trataba de un resultado que le habría dado el título a Clark, aunque es importante notar que Lorenzo Bandini era tercero en parrilla y por lo tanto no supondría un problema para Surtees dar cuenta de él. Mezclados en el grupo de cabeza estaban Dan Gurney en un Brabham en segunda posición y Mike Spence en el segundo Lotus en quinto puesto. Jack Brabham, Jo Bonnier, Pedro Rodríguez en un tercer Ferrari NART y Bruce McLaren completaban el top 10. Fuera de él estaba Moisés Solana, otro de los ídolos locales en un Lotus. Curiosamente, Mike Hailwood participó también en la carrera, acompañando a Surtees en cuanto a pilotos de motociclismo se refiere.
La carrera comenzó con Clark liderando por delante de Gurney y marcando el ritmo con cierta soltura. Mientras tanto, Hill y Bandini peleaban por la tercera posición en un resultado que no le habría valido al jefe de filas de Ferrari para proclamarse campeón. Este, de hecho, era quinto y parecía no tener el ritmo suficiente para soñar con adelantarles… pero entonces llegó el momento cumbre del Gran Premio, cuando en un ataque en la horquilla hubo un toque entre Bandini y Hill. El italiano había sido demasiado agresivo y había golpeado la parte trasera del coche de Hill, llevándole a trompear y dañar el escape al contactar con las barreras de protección. El británico perdía así tiempo y posiciones vitales, además de bastante potencia al ir con un escape doblado.
El campeonato estaba en manos de un Clark que solo necesitaba terminar en primera posición y que Surtees no pasara de un tercer puesto que era bastante factible al estar Bandini por delante del británico. Aunque el campeonato habría quedado con un empate entre Clark y Hill a 39 puntos, sus cuatro victorias (contando México) frente a las dos de Hill habrían sido suficientes para proclamarse campeón. A esas alturas de la carrera no era necesario que Bandini cediera su posición a Surtees, aunque los Ferrari rodaban cerca por si era necesario realizar un cambio de orden para que el británico pudiera beneficiarse en caso de que algo le sucediera al Brabham de Gurney, quien ocupaba una firme segunda posición en un coche con buena fiabilidad. Las posibilidades eran bajas pero en la Fórmula 1 no hay que dar nunca nada por ganado… ni por perdido.
Mientras tanto, la carrera había vivido los abandonos de Trevor Taylor por exceso de temperatura, Jo Bonnier con problemas en su suspensión, Jo Siffert con una bomba de gasolina estropeada, Mike Hailwood con más problemas de temperatura y quizás más importante, Jack Brabham por fallo del sistema eléctrico. El motor del coche del bicampeón era un Climax que compartían los Lotus y Brabham oficiales. Mientras tanto, la caja de cambios de Chris Amon decía basta, como para avisar que la carrera no tenía que darse por terminada. La elevada altitud del circuito de Magdalena Mixhuca (actualmente Autódromo Hermanos Rodríguez) suponía un esfuerzo extra para pilotos pero sobre todo tambien máquinas y cuando el motor Climax del Cooper de Phil Hill se rompió a falta de dos vueltas, la tensión podía cortarse con un cuchillo.
Jim Clark estaba dominando y con Dan Gurney más de un minuto por delante de los Ferrari, la carrera podía darse por terminada, cayendo el título en manos del escocés de Lotus. Pero en la penúltima vuelta un conducto de aceite del coche del líder falló y el motor colapsó poco después de pasar por meta, a un solo giro para el final. De forma increíble, a dos minutos para proclamarse campeón el coche quedó clavado y la ilusión del segundo título de Clark se detuvo allí. Gurney heredó un sorprendente liderato, con Bandini y Surtees en posiciones de podio. Desde Ferrari, los gestos hacia Bandini al pasar por meta era ostentosos: había que dejar pasar a Surtees pero solo había una oportunidad de comunicarse con el piloto antes de terminar la carrera…
Afortunadamente para los italianos, el piloto se dio cuenta y dejó pasar a un John Surtees que acabó en segunda posición e hizo historia al proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 por un solo punto, 40 frente a 39 de Graham Hill. Lorenzo Bandini fue tercero, adorado en Ferrari por ayudar a lograr los títulos de pilotos y marcas. Mientras tanto, Dan Gurney ganó la carrera pero acabó siendo casi ignorado. Las restantes posiciones de puntos fueron para Mike Spence, Jim Clark (que acabó clasificado por delante de todos los doblados al haber empezado la última vuelta) y Pedro Rodríguez, que metía el tercer Ferrari entre los seis primeros y lograba su primer punto mundialista. El otro piloto mexicano, Moisés Solana, tuvo que conformarse con la décima posición.